La psicología clínica es la especialidad sanitaria de la psicología que se ocupa de la investigación, la evaluación, el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de todo aquello que pueda afectar a la salud mental, ya sea como un tratamiento en sí mismo, utilizando sus técnicas y metodología especificas o como un complemento de ciertos tratamientos psiquiátricos.
El psicólogo Clínico es un profesional especializado, un científico del comportamiento humano. Su trabajo lo desarrolla, cada día, con personas que se encuentran en un momento difícil de su vida o que se enfrentan a un problema que requiere el análisis y la asesoría de un especialista.
El psicólogo Clínico cuenta con herramientas metodológicas y con técnicas para realizar una evaluación, establecer un diagnóstico y proponer un tratamiento para abordar los problemas de sus clientes y para ayudarles a entender los motivos de su malestar.
Pero estos especialistas no sólo resultan útiles en situaciones críticas, sino que también proporcionan recursos y estrategias para prevenir posibles problemas y ayudan a sentirnos más estables y fuertes en el día a día.
Un matiz: en la consulta no es imprescindible abrir nuestra intimidad desde el primer momento; el cuándo y el qué contar al especialista es una opción personal.
El ritmo del proceso de esa implicación y la sinceridad que se requiere, para que el psicólogo conozca las características y el alcance de nuestro conflicto interno, puede establecerlo el propio cliente que actuará movido por su necesidad o por la decisión personal de contar al especialista lo que le ocurre.
Esta comunicación se produce normalmente en ese clima de confianza y seguridad que surge cuando percibimos que el especialista nos garantiza confidencialidad y comprensión. Y cuando sabemos que no va a emitir, sobre nosotros, juicios que puedan herir nuestra sensibilidad.
Las primeras impresiones, como la de haber sido escuchados y respetados, la de sentirnos bien atendidos técnicamente, así como la de “conectar” con su forma de ser y con sus métodos y terapias, determinan en buena medida si el paciente optará por ese especialista e, incluso, el éxito de la terapia.
Para poder hacer psicología Clínica el psicólogo tiene que estar en posesión del título de Especialista en Psicología Clínica o estar habilitado por un Máster Sanitario específico.