Especialidades


Especialidades

A lo largo de la historia de cualquier familia, aparecen una serie de ciclos evolutivos naturales que generan una serie de crisis necesarias para reajustarse a la nueva realidad familiar:

  • Emancipación de la familia de origen.
  • Nacimiento de los hijos.
  • Adolescencia de los hijos.
  • Adultez e independencia de los hijos.
  • Ancianidad y cuidado de los padres.

Además de estos ciclos evolutivos naturales, pueden aparecer una serie de contratiempos inesperados, que pueden influir en nuevas crisis:

  • Pérdida de seres queridos.
  • Pérdida de trabajo.
  • Separaciones o divorcios.
  • Enfermedades físicas y/o mentales de alguno de los miembros de la familia.
  • Mudanzas: cambio del entorno laboral o académico.
  • Migraciones de un país a otro.

En estas crisis, suelen aparecer conflictos más o menos duraderos, que pueden requerir de una atención profesional por la gravedad y las consecuencias que se pueden derivar de estas desavenencias. Estos conflictos comprometen la estabilidad en la familia, pero también fomentan el crecimiento de cada uno de los miembros de la familia y de ésta en su conjunto. A continuación se explican las principales variables que influyen en los conflictos familiares:

Falta de acuerdo sobre normas, roles y toma de decisiones

Para lograr un equilibrio en la familia, tiene que haber una serie de normas, límites y roles, encaminados a tomar decisiones en las diversas tareas cotidianas: tareas de la casa, gestión de la economía familiar, responsabilidades en el cuidado de los niños… Los principales conflictos en este punto son:

  • Polarización de las posturas de cada miembro de la pareja: ambos miembros de la pareja tienen distintos estilos, donde si no hay un consenso, se tenderá hacia posturas más alejadas, sin que ninguna de las partes quiera ceder.
  • Excesiva rigidez o permisividad: gestión de normas muy estrictas o permisivas, querer tener razón siempre coartando libertades de los otros miembros de la familia.
  • Estilos excesivamente sobreprotectores de los padres o poco implicados en el cuidado de la familia.
  • Dificultades para conciliar la relación de pareja y la relación como padres.

Fallos en la comunicación

La comunicación es el intercambio de información entre un emisor (el que transmite el mensaje) y un receptor (el que lo recibe). A menudo, cuando queremos transmitir una información tenemos claro en nuestra mente que queremos transmitir, sin embargo, en ocasiones lo que transmitimos o con la información que se queda el receptor, es diferente de lo que realmente queremos transmitir, produciéndose errores en la comunicación o malas interpretaciones.

Estos fallos en la comunicación pueden desencadenar una serie de problemas:

  • Problemas en la comunicación ante un mal comportamiento: criterios y métodos para implantar disciplina, exigencias paternas, rebeldía de los hijos, falta de autoridad de los padres…
  • Dificultad para la expresión e intercambio de emociones o necesidades. La familia es el entorno primario en que las personas crecen y adquieren sus valores, su identidad y muchas veces es en ese contexto donde las relaciones afectivas o son deficitarias o son inadecuadas, produciendo hostilidad o sobreprotección.
  • Comunicación centrada en la coerción (decir lo que hacen mal) y no en el refuerzo (lo que hacen bien). El estilo coercitivo suele estar producido por la falta de flexibilidad y el poco respeto entre los miembros de la familia.
  • Discusión como fuente relacional. Aprendemos a comunicarnos solamente desde la discusión o bien, precisamente como temor a una discusión, se evita comunicar.
  • Faltas de respeto a hermanos, padres, hijos… que tienen su origen en la rivalidad, los celos, la sobreprotección, la idealización, el menosprecio, las alianzas con los padres…